Mayo. Se acercaba el cumpleaños de una amiga. Y gracias a un post que había escrito hacía un tiempo (leelo acá) decidimos regalar un mantel-hogar. No se bien como, pero se me ocurrió coserlo yo. Hacía 20 años que no me sentaba a una máquina de coser, y tampoco que antes lo había hecho tanto eh!. Pero mi mamá tenía guardada la viejita y se la pedí.
Hice el mantel que me salió amorosamente desprolijo, pero algo se había prendido adentro mío.
Julio. Cumpleaños de Octavio. Ya estaba re canchera y en medio de un rapto de locura empiezo a hacer ¡40! mantelitos individuales para dar como souvenir.
Y listo. Ya estaba mi cabeza coptada con una idea que me daba vértigo. Sería capaz? Podría? Era una idea loca que me llenaba de nervios, incertidumbre, ansiedad. Pero sobre todo, muchas ganas.
Y durante ese mes se empezó a gestar todo. Me ayudaron tanto! Mi tribu adorada me impulsó, me guió, me bancó de manera incondicional!
Y así empezó todo. Una máquina de coser, telas, hilos y muchos sueños.
Por eso abandoné un poco el blog. Porque siento que me estoy rearmando. Que las piezas que estaban sueltas están encajando solas.
Es un sueño gestado con el alma y el corazón. Y acompañado con el calor de la gente que me rodea.
Por eso ahora lo comparto con ustedes.
Les presento a Pampa mía.
Pampa Mía rocks! Adelante mi valiente.
Love you. Gracias por el empuje!
Así como estamos acostumbradas a leer relatos de partos y nacimientos de hijos, así nació tu emprendimiento y tan bien lo contás. Exitos
❤
Lindas cosas, suerte!!! Ahí te megustee para tenerte a mano. Saludos!
Gracias ❤
Cada pieza en su lugar. Toma tiempo, pero se acomodan o reacomodan y dan como resultado cosas nuevas como este emprendimiento hermoso!! Adelante Car!! Te bancamos, siempre…Abrazos!
Gracias por estar siempre Flor!